Thursday, December 9, 2010

Buenas obras, buenos proyectos: Mala prensa

Buenas obras, buenos proyectos: mala prensa


En una de sus visitas a la Región de los Ríos- donde su amigo Allamand es senador- Sebastián Piñera se refirió al “intento del Gobierno de realizar intervencionismo electoral, esta vez a través de un medio de comunicación estatal” y de cómo éste “influirá negativamente en la percepción de la realidad que tendrá la gente.”

Según un matutino- parte del duopolio de los medios controlados por la derecha- Piñera (que hacía un alto para ver el partido entre Universidad Católica y Colo-Colo, equipo del cual es dueño) consideró como una falta de respeto para todos los medios de comunicación del país que el Estado tenga un periódico que será financiado por todos los chilenos y que “no va a ser ningún aporte ni a la verdad ni a la información”.

Seguramente recordando sus tiempos en que trabajó para la dictadura militar nos previene a todos los chilenos del peligro que nos acecha cuando afirma que “estaremos muy atentos, ya que conocemos lo que son los medios cuando los controla el gobierno, conocemos lo que ocurre con un diario cuando lo controla el gobierno, conocemos lo que hace el gobierno en tiempo de elecciones y si ahora tiene además un diario financiado por todos los chilenos yo les aseguro que nada bueno podemos esperar de ese diario”

Pero el candidato presidencial de RN nos quiere convencer que a pesar que la Concertación ganó en las elecciones presidenciales pasadas no tiene que dar a conocer su obra.

Dado el peso incontrarrestable que la derecha económica y política ejerce en la propiedad de los medios de comunicación en nuestro país, la idea peregrina que el candidato nos quiere inocular es impracticable. En efecto, según Piñera:”el Gobierno si tiene buenas ideas, buenas obras y proyectos no requiere de ningún periódico propio para que sean comunicados a la opinión publica”

Para no ir muy lejos en el tema basta decir que el líder derechista no predica con el ejemplo, porque el canal de televisión que controla no es precisamente un ejemplo de ecuanimidad a la hora de destacar los buenos proyectos y propuestas del Gobierno de la Presidenta Michel Bachelet.

Para el candidato de la derecha y sus adherentes un medio de información de las realizaciones del Gobierno no es necesario y la prensa “independiente” no tendría nada positivo que informar dado que el Gobierno “no tiene buenas obras ni proyectos “

En el Chile actual prácticamente todos los medios de comunicación masivos están subordinados a una determinada línea política, que no es otra que la de los grupos económicos dominantes. Este fenómeno lo ven hasta los más ciegos, pero no el brazo político del poder económico: los partidos de la Alianza de derecha.

A los apologistas del neoliberalismo no les produce ningún remordimiento democrático el hecho que la mayoría ciudadana no cuente con medios de comunicación afines que expresen su legítimo derecho a informar correctamente a la ciudadanía que representan.

En la práctica, la derecha quiere todo el control de la sociedad: nos quieren domesticados e idiotas. No les basta con el control que ejercen por la vía del sistema financiero de los antiguamente llamados servicios públicos: gas, agua, electricidad, isapres, AFP etc.

Ahora quieren ganar las presidencias de la Cámara de Diputados y Senado por secretaría, por obra y gracia de los parlamentarios que fueron elegidos por los votos concertacionistas y que hoy se declaran “independientes”.

Es necesario insistir que en los países democráticos de verdad la concentración de la prensa es considerada un peligro para el buen funcionamiento de la democracia. En Chile, como hemos visto, no sólo la prensa está bajo control de un sector; lo está también el poder real del dinero y la concentración del mismo en unas pocas manos. De alguna manera, al permitir la concentración de los medios de comunicación social hemos permitido el vaciamiento de uno de los puntales de la democracia: el derecho del ciudadano a tener visiones contrapuestas, la libre circulación de la información y espacios para expresar sus opiniones.

En Chile vivimos el mismo proceso de los países comunistas pero al revés: un reducido grupo (en este caso económico) nos impone la dictadura de los medios de comunicación que controlan. Somos Gobierno, somos mayoría ciudadana, pero carecemos de fuentes de información alternativas que contrarresten la avasalladora maquinaria informativa que controla la derecha.

En el fondo, lo que queda claro es que no basta con buenas ideas, buenas obras y buenos proyectos del Gobierno de la Concertación, porque siempre tendremos la voluntad política de la derecha de no aceptar lo evidente: la obra educacional, la reforma previsional, la reforma de la salud y los proyectos de infraestructura. Si las cosas siguen como están, siempre tendremos mala prensa.

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