Friday, December 19, 2014

El paraíso de la nueva libertad

Claudio VásquezPublicado: 23 febrero, 2013 en SITIOCERO

Paul Virilo sugirío que si bien la declaración de Francis Fukuyama sobre “el fin de la historia” parece groseramente prematura en cambio se podría empezar a hablar “del fin de la geografía”. Las distancias ya no importan  y la idea del límite geográfico es cada día más difícil de sustentar en el “mundo real” que conforman hoy las supercarreteras de la información y el traslado y compra de activos es cuestión de segundos sino minutos. Las fronteras estatales, barreras culturales, las identidades colectivas han tendido a desaparecer ante las elites financieras que dominan hoy al mundo.
Al decir del sociólogo Zigmund Bauman por primera vez, ya no existe “el aquí y allá” “interior y exterior”, “cerca y lejos”: con la explosión del tiempo en las comunicaciones y la reducción del instante  magnitud cero, los indicadores de espacio y tiempo pierden importancia, al menos para aquellos cuyas acciones de desplazan  con la velocidad del espacio electrónico”.
El transporte de la información que no requiere ningún desplazamiento de cuerpos físicos-con la aparición de la World Wide Web computarizado se puso fin –en lo que concierne a la información- al concepto de desplazamiento y distancia a recorrer.
Las nuevas herramientas de comunicación social y sus resultados son portentosos: Facebook, Twiter, youtube, por nombrar algunas, “comunican” a millones de habitantes del mundo, sin importar barreras socioculturales y políticas. En efecto, los habitantes  de una pequeña localidad en el sur extremo de Chile interactúan con otros de grandes ciudades de todo el orbe.
En todo caso, el nuevo ciudadano del mundo tiene una vida comunitaria planetaria precaria: lo que comunicó ahora deja de ser relevante a los segundos, puesto que otras idea, noticia, información es más relevante para la “comunidad conectada”.
Lo que parecía un salto para acercar las comunidades locales y globales de internautas se ha transformado en lo contrario. Al decir de Michael Benedikt- citado por Bauman  en su libro La Globalización Consecuencias Humanas- que hay una relación intima entre velocidad de desplazamiento y cohesión social: “La cohesión social en cualquier escala es una función de consenso, los conocimientos comunes, y sin socialización e interacción constantes esa cohesión depende escencialmente de la enseñanza temprana y estricta- así como de la memoria- de la cultura. Por lo contrario la flexibilidad social depende del olvido y las comunicaciones basales”.  Al decir de los expertos tanta velocidad en las comunicaciones asfixian y ahogan la memoria.
Según la Agencia EFE, el gurú tecnológico norteamericano Shelly Palmer quien recomienda un tratamiento para limpiar las amistades sobrantes en la red social sin generar enemigos. Esta limpieza se tiene que hacer si cuentas con más de 200 amigos en facebook: Y esta operación consiste en cerrar tú cuenta y crear otra. Esta purga, necesaria según el autor de “Digital Wisdom”, permite hacer uso más racional de facebook y combatir tanto abusos como pérdida de tiempo.
La anulación de las distancias y los tiempos por la vía  tecnológica no homogeniza la información y la cultura sino tiende a polarizar. Para decirlo de otra manera: las pequeñas localidades serán domesticadas por las grandes. Es decir los países poderosos tienen la ventaja comparativa en todos los ámbitos y se impondrán  a los pequeños y más débiles.
Las elites viajan por el espacio y a mayor velocidad que nunca, e imponen sus términos, que generalmente se expresan en imponer las condiciones económicas, de producción, el hábitat y cultural en desmedro de los débiles que ven como se les mueve el piso bajo sus pies, sin tener capacidad alguna para evitarlo.
En el pasado el poder económico  se sustentaba  en conquistar territorios, hoy el poder es financiero y no tiene fronteras, es transnacional y para sustentarlo no se necesitan ejércitos propios.
El ciberespacio es hoy por hoy el mundo de muchos, el paraíso de la nueva “libertad”, como dice Bauman. Citando a Margaret Wertheim quien escribe “Así como los primeros cristianos visualizaban  el paraíso como un reino ideal más allá de la decadencia y el caos del mundo material-una desintegración palpable del Imperio  que se derrumba a su alrededor-, en esta época de desintegración social y ambiental los proselitistas del ciberespacio presentan su dominio como ideal que está “más allá”  y “por encima” del mundo material. Así como los cristianos presentan el paraíso como el reino del cual el alma humana  se liberaría de las debilidades y los defectos de la carne, los campeones del ciberespacio lo aclaman como el lugar donde el yo será libre de las limitaciones de la encarnación física”
Con la degradación de los espacios públicos han florecido efímeras comunidades en el ciberespacio. Un caso paradigmático, parece ser, el fenómeno de Facebook. En efecto al inicio se multiplicaban geométricamente los “amigos” y  hoy se ha iniciado un fenómeno inverso: El cansancio de cibernautas que se miran el ombligo y no salen de sus “Causas” por disparatadas que  han reducido la capacidad de interactuar en el espacio social. En esta línea -un estudio aparecido en Febrero- del Pew Research Center aseguró que más de la mitad de los usuarios de facebook en Estados Unidos ha tomado algún respiro en la red social. El 61% dijo haber descansado de facebook en algún momento y un 27% aseguró que este año dedicaría menos tiempo a la red.

Monday, December 1, 2014

Chile y al sociedad del cansancio


Claudio Vásquez Lazo
Ex Embajador


Según datos de la  Asociación Chilena de Seguridad entre enero y octubre de este año las licencias médicas  asociadas a enfermedades  profesionales de la salud mental suben y llegan al 48%. Estas cifras revelan un aumento sostenido desde el 2011, cuando estas cifras por incapacidad laboral representaban el 25% del total. Estas cifras entregadas por el coordinador nacional de salud mental de la ya mencionada asociación al Diario La Tercera las complementa con el dato que en los últimos 10 años las enfermedades de origen mental han aumentado en un 82%.
El presidente del Colegio Médico, Enrique Paris añade que las patologías asociadas a salud mental, van en alza. Lo más importante, según Paris, es estudiar porque se produce este fenómeno, ¿están con sobrecarga de trabajo?, ¿están endeudados?, ¿no les gusta el trabajo?
Seguramente ustedes tendrán sus preguntas del porqué las enfermedades mentales y el cáncer-por nombrar algunas- han aumentado tanto en chile y en el resto del mundo. Y sin lugar a dudas las respuestas serán  múltiples y algunas nos sorprenderán. Por el momento, trataremos de ubicarnos en el mundo de hoy: En el  mundo del neoliberalismo donde el consumo es el centro de la actividad desenfrenada de los individuos.
Según Zygmunt Bauman, en su libro “la globalización, consecuencias humanas” entre los mecanismos del mercado que se usan  para aumentar la capacidad de consumo están el que  “jamás se debe dar descanso al consumidor. Hay que mantenerlo despierto y alerta, exponerlo constantemente a nuevas tentaciones  para que permanezca  en un estado de excitación perpetua; y más aún, de constante suspicacia  y de insatisfacción permanente”. La “vida nueva” que nos ha impuesto la globalización nos hace tener la ilusión que todos podemos alcanzar la felicidad a través del mercado. Nos hace creer que somos nosotros los que mandamos, que estamos ejercitando nuestro libre albedrío, cuando en verdad somos prisioneros de lo que nos ofrece el mercado y punto.
A lo anterior tenemos que agregar que en países como el nuestro, todos queremos ser consumidores, pero no todos están en condiciones de llevar el estilo de vida que idealizan los mass media. En sociedades estratificadas, como la nuestra, los menos pueden acceder al objeto deseado y la mayoría morirá soñando lo imposible. Las fronteras que dividen a los súper ricos y ricos de la gran masa de asalariados son cada día más solidas e impenetrables.
En la lucha diaria por lograr escalar en esta sociedad de consumo se nos va la vida. En efecto, en la búsqueda del éxito perdemos el sentido de las cosas simples y caemos en la desesperación  y finalmente en la depresión. Según el pensador y filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han, los seres humanos hemos optado por ser esclavos de nosotros mismos, explotarnos a sí mismo hasta el colapso. De la coerción externa del pasado hemos optado por autoexplotación voluntaria del presente: Estamos en la sociedad del rendimiento, estamos en  la sociedad del cansancio.
El escalar en esta sociedad subdesarrollada con ínfulas de moderna crea seres desconectados unos de otros, manipulados, obsesivos que buscan compulsivamente aferrarse a una forma de vida que los transformará, en algún momento, en consumidores del producto soñado: En esta lucha por sobrevivir al mercado, todos somos enemigos y luchamos por no ser individuos desechados como excedentes del “proceso modernizador” del que al fin y al cabo somos meros espectadores.
La modernidad a la chilena nos trae eventos como los del metro y sus secuelas de inseguridad y miedo; Hospitales que dan vergüenza, sin medicamentos, faltos de personal: No hay nada más angustiante para un enfermo no saber si tendrá mañana el medicamento imprescindible  y la atención de un especialista ; Una educación que impide la movilidad social de nuestros hijos y perpetua las inequidades, que finalmente te transforma en un ser sin esperanzas;  Una constitución que hace más pétrea  la conducción oligárquica del país, Y que te hace sentir que estas en una prisión sin defensa alguna para salir; Una economía que permite los abusos y la acumulación desmedida de unos pocos, que te transforma en un mendigo en una sociedad caritativa que da caridad - sea por vías particulares o estatales-  a los pobres,  que te hace sentir que das lastima y te quita la dignidad que necesitas para vivir.
La pobreza que vemos en vastos sectores de nuestra sociedad es humillante y nos tendría que conmover, no para dar limosnas sino para crear una sociedad donde el bienestar alcance a la mayoría de la población.
Según datos de organismos internacionales, Chile está entre los países de horarios de trabajo más prolongado en el mundo civilizado. Largas jornadas de trabajo no justamente remunerado son una de las causales de enfermedades de todo tipo que afectan a nuestros ciudadanos. Si a esto agregamos las escandalosas  desigualdades que afectan al corazón del desarrollo sustentable de nuestra sociedad tenemos el coctel perfecto para una nuda vida.
El Banco Central  entregó cifras que marcan una baja de la inversión de julio a septiembre  en un 9,9%. Estamos entrando en un proceso  de desaceleración económica que podría prolongarse dado los procesos recesivos en Europa, Japón, la desaceleración en China  y las crisis financieras que aún persisten  de España y Grecia.
En general siempre las crisis las pagan no los banqueros y especuladores de todo tipo sino la gran masa asalariada y las pauperizadas capas medias: El régimen  neoliberal instrumentaliza radicalmente los estados de shock, prestando dinero a través del Fondo Monetario Internacional y   esos créditos los cobra- en palabras del filosofo coreano- en almas humanas. El resultado, siempre será para la sociedad afectada más desregulación, despidos, flexibilización laboral. En resumen, explica Byung-Chul Han en una entrevista al diario El País de España “una neoliberalización más dura. Y, al final, explica, estamos todos agotados y deprimidos”.
 Actualmente nos dice el pensador coreano, debemos enfrentarnos a enfermedades neuronales que se derivan del actual estilo de vida occidental. La explotación a la que el individuo se somete es peor que la presión que la sociedad puede llegar a ejercer sobre él.

Estos fenómenos sociales producto de la globalización y el neoliberalismo económico  descritos por los pensadores arriba nombrados nos podrían explicar de alguna manera las preguntas que se hacía el Dr. Enrique Paris al inicio de este artículo.